
Sólo en la piel,
mi cuerpo y mi mente
se acompañan.
Y al paso del sol,
la sombra airada
de mis preguntas,
se encoge o agiganta
con el puzzle conformado
de libros de verano.
Eso soy,
tal vez más
mi sombra cambiante.
Y aquí estoy,
en mi espacio concedido,
como hierro de reloj solar,
intentando aquietar la materia,
para que lo volátil no se pierda,
ni se esfume, ni se vaya.
mi cuerpo y mi mente
se acompañan.
Y al paso del sol,
la sombra airada
de mis preguntas,
se encoge o agiganta
con el puzzle conformado
de libros de verano.
Eso soy,
tal vez más
mi sombra cambiante.
Y aquí estoy,
en mi espacio concedido,
como hierro de reloj solar,
intentando aquietar la materia,
para que lo volátil no se pierda,
ni se esfume, ni se vaya.