miércoles, 26 de noviembre de 2014

Botchan




Desde niño, he tenido una impulsividad innata que me viene de familia y que no ha hecho más que crearme problemas. Una vez, en la escuela primaria, salté desde la ventana de un primer piso y no pude andar durante una semana. Alguien se preguntará por qué hice semejante tontería. Pero la verdad es que no hubo ninguna razón especial. Simplemente estaba un día asomado a una de las ventanas del nuevo edificio de la escuela, cuando uno de mis compañeros de clase comenzó a meterse conmigo diciéndome que, por mucho que me hiciera el gallito, en realidad no era más que un cobarde y que no sería capaz de saltar. El bedel tuvo que llevarme esa misma noche a cuestas a mi casa. Cuando mi padre me vio, se enfadó muchísimo y me dijo que no podía comprender cómo alguien se podía quedar sin caminar simplemente por haber saltado desde la ventana de un primer piso. Le respondí que la siguiente vez que saltara no me volvería a ocurrir.
     Otro día estaba yo jugando con el reflejo que el sol producía en la hoja de una bonita navaja importada que uno de mis parientes me había regalado, cuando uno de mis amigos exclamó:
       - Brillar, brillará mucho. Pero seguro que no corta nada.
       - ¿Que no? -le respondí yo-. Mi navaja puede cortar cualquier cosa.
       - ¿A que no puede cortar uno de tus dedos? – me desafió.
     - ¿Que no? -le repetí yo-. Mira. -Y entonces empujé la hoja en diagonal sobre mi pulgar derecho. Afortunadamente, la navaja era pequeña y mi hueso estaba sano y fuerte, por lo que todavía conservo el pulgar, aunque tendré una cicatriz mientras viva.
En la parte más oriental de nuestro jardín, a unos veinte pasos se extendía una pendiente poco pronunciada en la que había un pequeño huerto  con un castaño justo en el centro. Las castañas me volvían loco.

Natsume Sosheki, Botchan
Traduc. José Pazó Espinosa
Impedimenta, Madrid, 2008
págs 27-28

viernes, 14 de noviembre de 2014

Café filosófico en el Juan de la Cierva



El profesor Antonio Sánchez Millán lleva años desarrollando un estimulante proyecto de divulgación filosófica. En este proyecto de Práctica Filosófica, destacan sus Cafés Filosóficos, que junto a los Talleres de Filosofía, el Diálogo Socrático, la Consulta Filosófica o la Filosofía con o para Niños compone un interesante conjunto de herramientas para el pensamiento de cada día.
El viernes 14 de noviembre a las 17.00 horas, tendrá lugar en la Biblioteca del IES Juan de la Cierva el primer Café Filosófico de este curso:  buena compañía, buena conversación y buen café. Estamos todos los miembros de la comunidad educativa y curiosos en general, invitados.

martes, 11 de noviembre de 2014

40 enigmas para fanáticos del fútbol

 



Parece demasiado bueno para ser verdad. Un libro sobre fútbol que además te hace pensar. Bueno, no te hace pensar en el fútbol exactamente, sino en acertijos de todo tipo, ambientados en el mundo del balón. A lo largo de sus páginas acompañamos a un periodista deportivo que se ve transformado en algo así como un detective. Justo a medio camino entre el Inspector Cito y el Profesor Layton, si me entendéis.

40 enigmas para fanáticos del fúbol: 79 MOR 40

miércoles, 5 de noviembre de 2014


Patrick Modiano, Premio Nobel de Literatura 2014



La Trilogía de la Ocupación es el primer y más brillante bisturí novelístico de la turbiedad, la complicidad social y la fantasmagoría, del antisemitismo, el crimen organizado y la fiesta de algunos en este negro período del siglo XX francés. Concretamente del París ocupado, su gestación y consecuencias. Entre el delirio, e l sueño y la falsificación desfilan todos los fantasmas de la época. Entre ellos, el padre –ese eterno modianesco–, una banda criminal que gira en su provecho la amenaza del enemigo y la locura ideológica retrato del soporte intelectual de aquellos años– de un judío antisemita. Y todo ello contado, en palabras del prologuista a esta edición –el escritor José Carlos Llop–, «como si Scott Fitzgerald y Dostoievski salieran de correría nocturna y en vez de bares hubieran visitado varios círculos del infierno con un espíritu entre la frescura fitzgeraldiana y el fatalismo nihilista del ruso, mezclado con cierta atmósfera a lo Simenon. Su Virgilio burlón es, sin duda, Céline. Y del equilibrio entre todos surge Modiano. ¿Su estilo?: una respiración lenta e hipnótica, con el dring cristalino y el swing jazzístico de los felices veinte, desplazado hacia la luz negra de un fragmento de los primeros cuarenta europeos, que aporta el ingrediente guiñolesco. Sin olvidar ni el chic morandiano, ni la cosificación del Nouveau Roman, ni las listas a lo Perec». Un libro absolutamente imprescindible.