-Sin ti no lo
conseguiré, ¿sabes?- Loreto cerró los ojos y se dejó arrastrar
por el dolor-. Quiero que sepas que hoy no he vomitado. ¿Qué te
parece? No he vomitado, y lo he hecho por ti, créeme. Por ti. Pero
ahora no voy a poder seguir si tú te vas, si me dejas. Luciana,
¡Luciana!, por favor...Hagamos un pacto, ¿vale? .Yo comeré, aunque
estalle, aunque me convierta en la mujer más gorda del mundo, y no
volveré a vomitar, pero tú tienes que seguir viviendo para estar a
mi lado... Luciana, ¿Me oyes? Vuelve. No te mueras, vuelve,
¡vuelve!... Lo he hecho por ti, Luciana por ti, Luciana, por ti, por
ti...
Os oigo.
Claro que os oigo.
Ni siquiera hace falta que habléis. Puedo escuchar vuestros pensamientos. Y no me duelen. Tampoco me llenan de alegría. Aquí lasemociones,lassensaciones, son distintas. Puedo razonar sin presiones, como nunca lo había hecho. En cambio, sí me importa vuestro dolor, pero deberíais saber que estoy bien.
Y si abandono mi cuerpo al final del camino.. por supuesto, ¿para que necesitaré ya mi corazón o mis riñones?
Lo único que querría era tener un instante final de lucidez, solo eso, para deciros que os quiero, aunque vosotros ya lo sabéis, y para decírselo a Eloy, que tal vez crea que ya no es así. Solo quiero un instante. Un instante final.
Aunque temo que baste ese simple segundo para sentir el dolor que no siento ahora.
No me gusta el dolor.
Tal vez por ello no quiero volver.
Ese es mi último miedo.
Me toca mover. Pasa el tiempo y la partida está en tablas. Pero me toca mover. Mi rival acaba de lanzar un ataque sobre las posiciones de mi rey y reina. Es una situación comprometida. Debo hacerlo. Puedo sacrificar una torre para escapar, o meditar detenidamente mi propio ataque, lanzando el caballo sobre su alfil. ¿ Y ese peón?
Cuidado. Mi rival es bueno. Es el mejor que he tenido nunca.
Porque ahora sé cómo es.
Sé quién es.
Le he visto la cara.
Mi rival es la muerte, y juega a ganar.
Claro que os oigo.
Ni siquiera hace falta que habléis. Puedo escuchar vuestros pensamientos. Y no me duelen. Tampoco me llenan de alegría. Aquí lasemociones,lassensaciones, son distintas. Puedo razonar sin presiones, como nunca lo había hecho. En cambio, sí me importa vuestro dolor, pero deberíais saber que estoy bien.
Y si abandono mi cuerpo al final del camino.. por supuesto, ¿para que necesitaré ya mi corazón o mis riñones?
Lo único que querría era tener un instante final de lucidez, solo eso, para deciros que os quiero, aunque vosotros ya lo sabéis, y para decírselo a Eloy, que tal vez crea que ya no es así. Solo quiero un instante. Un instante final.
Aunque temo que baste ese simple segundo para sentir el dolor que no siento ahora.
No me gusta el dolor.
Tal vez por ello no quiero volver.
Ese es mi último miedo.
Me toca mover. Pasa el tiempo y la partida está en tablas. Pero me toca mover. Mi rival acaba de lanzar un ataque sobre las posiciones de mi rey y reina. Es una situación comprometida. Debo hacerlo. Puedo sacrificar una torre para escapar, o meditar detenidamente mi propio ataque, lanzando el caballo sobre su alfil. ¿ Y ese peón?
Cuidado. Mi rival es bueno. Es el mejor que he tenido nunca.
Porque ahora sé cómo es.
Sé quién es.
Le he visto la cara.
Mi rival es la muerte, y juega a ganar.
El libro me ha gustado mucho, la
historia que cuenta es muy bonita. Habla de los problemas de la
actualidad. Y he aprendido que la gente toma droga solo para
divertirse y a veces causa problemas.
Me han encantado
todos los personajes pero el que me ha gustado ha sido el de Eloy que
hace todo lo posible por conseguir la pastilla para que Luciana se
cure.
INMACULADA GUERRA JIMENEZ 3A