martes, 6 de abril de 2010

84 Charing Cross Road - El valor/precio de las estampas de época


 Nuestro querido compañero, el profesor Pablo Villar, me ha hecho llegar el siguiente texto. No me resisto a publicarlo como una entrada independiente. Espero que sean muchas las personas que espoleadas por sus comentarios dediquen un poco de su tiempo a leer el librito de que aquí se habla.

Estreno mi casillero en el club, con un volumen de culto que me recomendó y entregó Benito para esta Semana Santa. Mucho tiempo ha pasado ya desde la publicación de esta breve novela, "84, Charing Cross Road", cuya 1a edición data de 1970. Se trata de una serie de cartas breves ( unas 80 ), que la autora escribió a mediados del siglo XX desde Nueva York a una librería de Londres, en petición de ciertos libros de segunda mano, baratos y limpios de anotaciones escolares, difíciles de encontrar, y que van tejiendo una doble y sólida red de pasión por los libros viejos y un canto a la amistad.
Más que novela que recoge cartas breves, pareciera un álbum de estampas de época o fotogramas en blanco y negro de un tiempo ya pretérito, dirigidas -especialmente- hacia un lector muy concreto: abstenerse amantes exclusivos de bestsellers de acción y misterio.
Una de las cosas que primero llama la atención a la hora de redactar las cartas es la exquisitez en las fórmulas de cortesía y tratamiento, en los buenos modales, la urbanidad de aquellos años, que va deviniendo en una profunda amistad entre la protagonista y casi todos los miembros de la librería londinense, incluida la familia del protagonista principal ( Frank ). Esta importancia del ritual epistolar hoy día nos puede parecer una "excéntrica" muestra de correspondencia, cuando los emails, los SMS y el "chateo" nos precipitan en la vorágine y el vértigo de las noticias inmediatas y fugaces. Aquellas cartas que tardaban semanas ( o meses ) en llegar a su destino, y siempre eran respondidas con los mismos términos, son una celebración de la lentitud (¡la lentitud de los bueyes!, que diría Julio Llamazares ) y del trabajo bien hecho. Es un canto al propio servicio de Correos, pues la protagonista manda en los sobres el importe contante y sonante del libro, en dólares. Aunque Frank le dice que haga un giro postal, ella prefiere no desplazarse hasta la oficina de correos y hacer cola, pues confía plenamente en esa "institución" postal.
Sin alcanzar lo cursi, Hanff nos introduce directamente al alma de los personajes y con un poco de humor y sarcasmo, también describe intensas estampas del ambiente postbélico vivido en Estados Unidos ( rico y vencedor ) y Europa ( devastada y con racionamientos), en aquel ecuador del siglo XX.
Las estampas se van llenando de la reivindicación del trabajo de los libreros anticuarios, bibliófilos empedernidos, la bibliomanía, la pasión hacia los libros, concebidos y definidos como auténticos tesoros, considerando tanto su capa exterior (el objeto en sí mismo, su encuademación, la calidad de las hojas, los canteados, las ilustraciones, el lomo, las tapas,....) como el contenido. No hay elogio a los libros nuevos, sino a los viejos, donde aparecen los clásicos antiguos (Safo, los diálogos de Platón, Horacio, Catulo, la edición Vulgata de la Biblia ); o los clásicos ingleses ( desde Los cuentos de Canterbury de Chaucer y los barrocos John Donne o Samuel Johnson hasta Virginia Woolf, pasando por Robert L. Stevenson, el Orgullo y prejuicio de Jane Austen o el Tristam Shandy de Sterne...) o partituras musicales del Mesías de Haendel o La Pasión según san Mateo, de Bach.
Los personajes vienen encabezados por Frank Doel, la flema británica y el profesional exquisito; Mellen, generosa y cariñosa, bibliófíla experta en etimología (juega mucho con las palabras ); Nora, esposa agradecida de Frank, que vivirá la relación epistolar durante veinte años con una mezcla de celos y pudor ... Conforme avanzan las cartas, el peso de las palabras no dichas es mayor, el peso del viaje a Londres - prometido pero nunca realizado - acrecienta la sensación de un final poco feliz. Dicen que el destino es astuto y paradójico, porque cuando creemos estar interpretándolo claramente, todavia nos muestra otra posible salida.
- Estas cartas en forma de libro, cuentan además con una versión cinematográfica ( titulada en España, "La carta final", con Anne Bancroft y Anthony Hopkins ), otra teatral ( en España, bajo la dirección de Isabel Coixet ), un musical de Broadway e incluso un videojuego. En definitiva, una excelente muestra del valor y del precio de las cosas (libros y amistad), calificado por alguien como "librito que nos reconcilia con el universo".
Y por último, no me resisto a citar algunas perlas textuales, engastadas en la trama bien tejida de la obra:
L- "casi temo tocar esas páginas de tacto tan suave que semejan al blanco apagado y a las cubiertas de cartón rígido de los libros americanos, jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto " (p. 11)
2.- ." que vivimos una época depravada, destructora y degenerada, en la que una librería -¡UNA LIBRERÍA!-, no tiene el más mínimo reparo en destrozar hermosos libros antiguos para emplear sus páginas como papel de embalaje ... (un libro ) lo tengo junto a mí todo el día, en mi mesa de trabajo y alargo la mano para tocarlo. No porque sea una primera edición, sino porque jamás he visto un libro tan bello. Un libro así, con reluciente encuademación en piel, sus estampaciones en oro y su hermosa tipografía debería estar en la biblioteca revestida de madera de una casa solariega en la campiña inglesa, y está pidiendo ser leído junto a una chimenea por un caballero sentado en una butaca de cuero "... (p. 32)
3.- "a mí me encantan las inscripciones en las guardas y las notas en los márgenes: me gusta el sentimiento de camaradería que suscita el volver páginas que algún otro ha pasado antes, así como leer los pasajes acerca de los que otro, fallecido tal vez hace mucho, llama mi atención" (p. 45)
4.- "si tiene que limpiar su Biblia Grolier, le aconsejaríamos que empleara jabón normal y agua. Ponga una cucharadita de carbonato sódico en medio litro de agua templada y emplee una esponja enjabonada. Creo que con esto retirará la suciedad: después puede abrillantarlo con un poco de lanolina" (p. 57)
5.- "Cada primavera hago una limpieza general de mis libros y me deshago de los que ya no volveré a leer, de la misma manera que me desprendo de las ropas que no pienso ponerme ya más... Mis amigos son muy peculiares en cuestión de libros. Leen todos los best sellers que caen en sus manos, devorándolos lo más rápidamente posible... y saltándose montones de párrafos según creo. Pero luego JAMAS releen nada, con lo que al cabo de un año no recuerdan ni una palabra de lo que leyeron. Sin embargo se escandalizan de que yo arroje un libro a la basura o ¡o regale. Según entienden ellos la cosa, compras un libro, lo lees, lo colocas en la estantería y jamás vuelves a abrirlo en toda la vida, ¡PERO NUNCA LO TIRAS! ¡JAMÁS DE LOS JAMASES SI ESTÁ ENCUADERNADO EN TAPA DURAA! Pero ¿por qué no? Personalmente creo que no hay nada menos sacrosanto que un mal libro e incluso un libro mediocre " (p. 75)

2 comentarios:

Pilar González dijo...

Acabo de terminar el librito, y la verdad es que lo he disfrutado mucho.
Después de lo que cuenta Pablo, poco me resta por decir, tan sólo recomendarlo a bibliofilos y lectores empedernidos.
Es una pequeña y encantadora joya.
Saludos.
Pilar

Tomás Cuesta dijo...

A las citas introducidas por Pablo en su día, me gustaría añadir las siguientes:

" He enviado el paquete. El elemento principal de su contenido es un jamón de unos tres kilos. Había pensado que podrían llevarlo a un carnicero para que lo cortara, de manera que todos pudieran llevarse algo de él a casa.
Pero acabo de darme cuenta de que en su última factura pone: «B. Marks. M. Cohen.» Propietarios.
¿TOMAN COMIDA KOSHER? Porque, si fuera así, puedo enviar urgentemente lengua.
¡ACONSÉJEME, POR FAVOR!"

"Mi querida Helene:
Hay muchas maneras de hacerlo, pero mamá y yo pensarnos que ésta es la más sencilla para que pruebes a prepararlo. Pon en un cuenco grande una taza de harina, un huevo, media taza de leche y una buena pizca de sal, y mézclalo todo bien hasta que adquiera la consistencia de una crema espesa. Mételo en el frigorífico durante varias horas. (Lo mejor es que lo hagas por la mañana, si vas a prepararlo para la noche.) Cuando pongas la carne en el horno, mete también otra fuente más de hornear, para que se caliente. Media hora antes de que el asado esté a punto, vierte en esta segunda fuente parte de la grasa del asado: nada más que lo suficiente para cubrir el fondo. Recuerda que esa fuente tiene que estar muy caliente. Vierte enseguida la masa, y el asado y el budín estarán listos a la vez.
Yo no sabría como describírselo a alguien que no lo hubiera visto nunca, pero un buen budín de Yorkshire debe subir mucho, ha de quedar tostado y crujiente y, cuando lo cortes, tienes que encontrarlo hueco por dentro".

"14 East 95th St.
9 febrero 1952
INDOLENCIA:
podría PUDRIRME aquí aguardando a que me envíen algo para leer. debería pasar inmediatamente por Brentano, y lo haría sin duda..., si no fuera porque todo lo que busco está agotado.
Puede añadir las Vidas de Walton a la lista de libros que no me envía. Va contra mis principios comprar un libro que no he leído previamente: es como comprar un vestido sin probártelo, pero lo cierto es que aquí no es posible conseguir las Vidas de Walton ni en una biblioteca pública.
Es posible consultarlo, sí. Lo tienen, por ejemplo, en la biblioteca de barrio de la calle 42. !Pero no te lo puedes llevar en préstamo!, como me dijo en un tono casi escandalizado la bibliotecaria: tienes que tragártelo allí, sentarte en la sala 315 y leerlo de un tirón, sin poder tomar una taza de café, fumar un cigarrillo o salir a respirar una bocanada de aire fresco.
No importa. Q lo citaba ampliamente, así que ya sé que me gustará. me gustan las mismas cosas que a él..., salvo sus obras de ficción. jamás he conseguido interesarme por cosas que sé que jamás les ocurrieron a personas que nunca han vivido.
¿y qué hace usted ahí todo el día, sentado en la trasera de su tienda y leyendo sin parar? ¿por qué no trata de venderle algún libro a alguien?
miss Hanff para usted
(Soy helene, pero sólo para mis AMIGOS)

p.d. dígales a las chicas y a nora que, si todo va bien, tendrán medias de nailon para esta Cuaresma".



Porque no sólo de libros vive el ser humano...