lunes, 19 de diciembre de 2011

Libertad, de Jonathan Franzen

Reinita Cerúlea



La cuarta novela del norteamericano Jonathan Franzen es otro gran logro (tras Las Correcciones, 2001), y eso que aquélla era ya un artefacto sobresaliente. Suavizados los matices postmodernos, a la sombra declarada o sugerida de Tolstoi, pero también de McEwan, Bernhard o las series de la HBO, puede ya decirse que si hay una candidata a "Gran Novela Norteamericana" en esta primera década del XXI, habrá que escogerla entre los novelones de Jonathan Franzen.

"En mi opinión, se trata de una obra comparable en cuanto a peso literario, fuste moral y trascendencia social, a Submundo (Underworld, 1997) de Don DeLillo, y a Herzog (1964) de Saul Bellow (...). Una de esas cimas entre nubes que sólo alcanzan los elegidos." (Robert Saladrigas, La Vanguardia, 5-10-2011)

75 comentarios:

Pilar González dijo...

La empecé antes de ayer y no puedo dejarla. Es magnífica

Cuesta hablar de personajes, tan reales, que en este punto creo que son de carne y hueso.

Personas normales, situaciones normales, hasta el punto de causar identificación y punzadas de dolor.

Pusilánimes y cuarenton@s en crisis, consulten con el farmacéutico antes de usarlo.

Por mi parte, continuaré hasta acabar la última dosis (e iré a por más, me temo)

Christine dijo...

Pusi... ¿Qué??? Ahora mismo me voy y me la compro. ¡Bonito regalo de Navidad!

benariasg dijo...

Alivio mis dolores de garganta tragando página tras página. Ya voy por la mitad más o menos. ¡Edina, vente a la Tierra de las Aves en Peligro de Extinción! La familia Berglund parece que vive al lado de mi puerta, y este dios-narrador que parece entender a todo el mundo mejor que ellos mismos haría gritar de envidia al propio Fichte.
Ignacio y Lourdes, de ésta no os escapáis, ya casi habréis acabado, así que esperamos vuestra ponderada opinión.

Elena Ponte dijo...

Puede resultar sospechoso tanto elogio y parabién como vais destilando en vuestros comentarios. Yo la he leído, la he masticado, la engullí y pareciéndome buena y recomendable, no alcanzo las cotas de delirio colectivo que la novela ha tenido en la crítica especializada. ¡Ya comentaremos!

Por cierto, una opinión crítica que comparto:

http://libros.libertaddigital.com/libertad-para-que-de-franzen-por-que-1276239590.html

benariasg dijo...

Esa crítica del tal Santiago Navajas, que es un tostón manipulador donde los haya en lo ideológico, tiene por lo demás un defecto objetivo que no cabe en un texto de verdadera crítica literaria: mezcla sus palabras con las del autor para que al final, con intención ridiculizadora, se diga lo que al crítico le interesa. Basta analizar un poco la cita que hace de la pág. 191 de la novela. Por lo demás, eso es "Libertad" Digital.

Pilar González dijo...

Tomasito, Tomasito, eres muy traviesito...

Beatriz Cerón dijo...

Elena "Ponte" algo más a ver si así picas a Don Horacio o a quién se tercie, que así todo es más divertido. Yo por lo pronto me la pediré por reyes y ya opinaré.

Beatriz Cerón dijo...

Como rectificar es de sabios, fe de erratas "a quien se tercie", Elena insisto "Ponte" algo más.

benariasg dijo...

¿Qué plazo dejamos para leerlo? Algunos estamos acabando, otros ni lo tenéis todavía... Podríamos por ahora ir dejando impresiones generales sin entrar en detalles ni spoilers, y lo despellejamos a partir del día 5 de enero, si os parece.

Tomás Cuesta dijo...

Apesadumbrado ante la noticia de que Lucía Etxebarría amaga con no volver a publicar un libro, me retiro a mis cuarteles de invierno con dos niños, un trineo y dos cumbres: Cosmópolis y Libertad.

Estáis metiendo la gamba con Elena Ponte. Avisados quedáis.

Delillocadaveznosgustamás

PuesamímegustaFranzenquépasa

Christine dijo...

Buena compañía te llevas, a estas alturas creo que casi todos llevamos un Franzen bajo el brazo. Aún así, qué brinquito lleno de regocijo he pegado sólo al paladear DELILLO, ése sí es un chispeante regalo de Navidad aunque me temo que con el contenido de Cosmopolis pase rápidamente de las chispas al fuego del Averno.
En cuanto a Franzen,ahí va la primera impresión (llevo unas cien páginas): coge a los personajes como si fueran una ramita verde de avellano, una mano en cada extremo, y empiza a combarla,con paciencia, con detalle, y sigue combándola y combándola hasta llegar al punto crítico de máxima inflexión ... veremos aver cómo termina que me queda mucho.
¡Felices fiestas!

Gumersindo (así todos jugamos a la doble personalidad) dijo...

Pues lo empecé la otra noche y fue una historia fantástica, genial, con unos protagonistas poliédricos que salvaban el mundo y...¡Ay, no! que me dormí a la séptima página y os estoy contando el sueño. A ver si el próximo arranque me pilla menos cansado, pero por lo que veo a Cristina la ha devuelto a la niñez con tanta comba. Bye

benariasg dijo...

Bueno, Gumer, si a la segunda tampoco funciona siempre puedes releer La hija de Robert Poste ;)

Christine dijo...

Pilar: Página 245, yo me quedo con la 244

(me dice Javi que nunca hay que usar un foro para enviar mensajes privados... netiquette)

Gumer: me queda por saber qué curvatura tiene mi ramita de avellano y qué pasaría si, desde la consciencia, soltara uno de los extremos...

Gumer dijo...

Pues menos mal que no debes enviar mensajes privados. Explícita muestra de fantasías...que esto es un blog también de personas menudas

Gum dijo...

En cuanto a Benito, tranquilo que no me hace falta releer esa obra. Seguiré con la que nos ocupa y así no me pasará como a "otros", que por temer lo grande, renuncian y se pierden lo extraordinario.

benariasg dijo...

Ya se terminó. Sniff.

Pilar González dijo...

A Cristina, por alusiones:

Si aceptamos a Bill Gates como filántropo, lo demás viene rodado...

A l@s que temen el tomo-tocho: vosotr@s os lo perdéis, puesamimegustaFranzenquepasa

Benito, yo me he frenado un poco en la lectura para que me dure un poco más, y para que la varita de avellano no me desuelle, pero me temo que el final está cerca

Pilar González dijo...

Oye Wilh..., digo Gum, he olvidado preguntarte si te apuntas o no al encuentro navideño (vente, vente, vente...)

Gu dijo...

Os habéis salvado porque se me acaba de ir internet y he perdido todo lo que había escrito (bastante) y me da pereza empezar de nuevo ¡Qué suerte!
Pero como dijo McArthur: "Ja,ja,ja" (¿qué pasa, es que Mc Arthur no podía reírse?)
Por cierto,voy por la página 512
P. S.: ¿Qué encuentro? ¿Musical para dar la nota?

Pilar González dijo...

Aquí Ripley, repito, aquí Ripley, escuche Gu, o quizás ya sólo G (umh, curioso nombre....) para más info, diríjase a la entrada de Sala de Profesores.

Cambio y Corto.

Christine dijo...

¡Terminé! Lo necesitaba antes de fin de año para no estar ensimismada antes de las uvas!! No sé todavía como valorarlo, ahora me toca digerirlo, pero Javi ha sido capaz de leer voluntariamente algunas páginas ... lo que me hace sospechar que es demasiado actual y de una descripción sociobiológica clarividente.
Eso sí, ayer a las dos de la madrugada lo desperté abrumada con los últimos acontecimientos de Lalitha que no voy a desvelar y sentimos que ya eran como de la familia.
Ah! G, ni con este tocho os vais a librar de mis magdalenas, además he conseguido harina de espelta sin traficar y Edina me ha regalado unos moldes con topitos que van a ser la envidia de la mismísima Patty

Punto dijo...

¿Te has dado cuenta ya que la varita de avellano es de plexiglas maleable y que tramposamente le da todos los giros que le da la gana sabiendo que no se rompe?

Christine dijo...

Sí, se puede hasta saltar a la comba con ella.

benariasg dijo...

Tienes razón (y "Punto"); pero también parece que coge las varitas, las retuerce y las une formando cintas de Moebius. Acaba porque hay que acabar, pero vamos, que podría seguir y seguir y seguir... Por otro lado, bendita trampa la de una novela que nos mantiene en vilo hasta que la acabamos, y qué pocas veces ocurre.

Pilar González dijo...

Como sigáis desdoblando personalidades fantasma me paso a un grupo de Alcohólicos anónimos, o de Trekkies.

¡La Viiiirgen, como está la Sala de Profesores!

Christine dijo...

Pilar, a algunos les falta el puntillo de la veracidad como ocurre en la novela, porque en ella aparecen las verdades ocultas que dirigen nuestras acciones, ¡qué bueno: las emociones desbordando las fronteras de la cruda realidad! (bueno, las emociones y por lo que leo, el asqueroso dinero).

benariasg dijo...

han preguntado en La Vanguardia a algunos críticos cuáles eran sus mejores lecturas del 2011. Escojo la contestación de uno:

GABI MARTÍNEZ. "Libertad, de Jonathan Franzen. Penetra en la psicología de los personajes de una manera increíble. Hace dos siglos la calidad de un escritor estaba en el modo en que sabía presentar dos contradicciones de un personaje en una página, y eso lo acercaba a la condicion humana. En el siglo XX, las dos contradicciones subieron a tres. Lo que hace Franzen es poner cinco contradicciones en una página. La complejidad psicológica ha subido un escalón. Es el Tolstoi del siglo XXI. Y el final es apoteósico".

>>Tiene relación con lo que comentábamos antes, ¿no? Supongo que a todos nos ha sorprendido El Giro de Patty...

Feliz Año 2012. Próspero ya sabemos que no va a ser; pero ojalá que nos traiga grandes lecturas y que podamos seguir compartiéndolas por los pasillos y en este blog.

Me A. dijo...

Pues la cinta Moebius se ha enredado en una ranura cuántica, por lo que vamos a comenzar.
Lo mejor de la novela es su fachada: estilo americano cien por cien, tantas veces repetido en literatura, series y películas, que no por reiterado disminuye su poder de atracción en las colonias.
Su continuo deambular por los estratos sociales, radiografiando la sociedad americana, interesa como puede interesar las crónicas de un Mesonero Romanos o un Corpus Barga en cuanto testigos de su época. Aunque en la obra que nos ocupa percibo una ecuanimidad ficticia a la hora de repartir estopa entre las distintas ideologías.
Lo más endeble es el argumento, pues si al serpenteante ballet de ramas de avellano lo despojamos de sus cortezas nos encontramos con el trilladísimo tema: sofisticación humana desaparece tras erosionar tres milímetros de cerebelo.
Aquí tenemos al hiperferomonado Richard seduciendo con su simple presencia en minutos a toda ( o casi) hembra que se ponga a tiro y al noble, esforzado y desgraciado Walter que por más que haga tiene las de perder (creo que el autor ha tenido algún que otro contratiempo con algún Richard y su masoquista autoflagelamiento debería hacérselo ver). Menos mal que a medio camino le da una pequeña libertad con la madurita lolita Lalitha aunque sin abusar para no estropear el final (no diremos nada sobre el mismo por si alguno no ha terminado de leerlo y no sabe si la cosa acaba con el típico y muy made in USA happy end o no).
Y yo pregunto a las Patty lectoras ¿realmente la cosa hubiera cambiado como indica el autor si Walter la hubiera cogido en la cocina, la hubiese puesto a cuatro patas y (censura)? ¿Os resulta creíble que cuando en la página quinientos cincuenta al agredirla sexualmente “con el sorprendido consentimiento de ella” todo cambiara y Walter pasara a ser el supermacho? ¿Es eso análisis profundo del alma humana, argumento barato de peli porno o ambas a la vez?
Como no quiero extenderme más dejaré para nueva ocasión otros personajes como Connie amor incondicional, pero no tanto, pero sí, pero con límites.
Para resumir, creo que puedo reflejar lo que quiero decir con una comparación: para buscar un anillo prefiero las aventuras, la emoción, el riesgo, aunque con fragmentos petardos en idiomas inventados, de Tolkien que el sistema de Joey ( y que conste que el episodio me provocó una antitética reacción de repulsión y risa bastante curiosa).
Como dijo el gran pensador Marx: Estos son mis principios, pero si no le gustan… tengo otros…. finales, previa invitación de cervecita con gambas, of course
¡Feliz año 2012!

Ned Flanders dijo...

Como diría Ripley, Guillermillo, Guillermillo, se te ve el plumerillo.

Elena Ponte dijo...

Muy interesante el comentario anterior, aunque hoy quiero insistir en que tras leer "Las correcciones" hay mucho que me suena a "déjà vu" e incluso a refrito en "Libertad" ( ¡siendo una gran novela, sin más! ).

Escribió "Las correcciones" (2001),en una época en que Franzen era ingenioso, descarado y fresco en su sátira de la familia contemporánea, los negocios y la política, cuando su renacimiento del realismo social era tan ruidoso que arrancó las puertas de la literatura USA. Pero ahora "Libertad" es un guiso similar de la vida doméstica, donde el ingenio de su autor ha cocido en exceso, dejando un sedimento amargo algo revisitado.
La escena del viejo y los excrementos en "Las correcciones", que parecía un capricho novedoso, ahora huele a rancio en la escena del cómico rebuscando en sus heces con un tenedor. Puede que Franzen sea ahora más maduro, pero ya no tiene la tensión de hace diez años.

Con excesiva frecuencia, suele detener el hilo narrativo, para hablarnos del trabajo medioambiental con las aves canoras de Walter. El (odioso) personaje de Patty me parece lo mejor de la novela de largo.

Las dos novelas son una bella y compleja exploración de un puñado de vidas íntimas cuyo problema, es el eterno conflicto entre lo que quieren y lo que se espera de ellas. Como "Las correcciones",
"Libertad" supone un examen de un momento concreto -mejor, de un zeitgeist- a través de una familia. Pero para mi, Tolstoi aún queda muy lejos...

benariasg dijo...

He hecho un resumen de

El Cuento de Patty

para quien haya leído ya el final y quiera plantearse el problema del personaje más interesante y, en efecto, odioso. (¿O será que el mundo la ha hecho así?)

PabloJ dijo...

La cuestión se está poniendo calentita. Yo aún no la he leído ( llevo unas navidades muy moviditas) y para colmo hasta el diputado de UPyD Toni Cantó las recomienda ambas en su Twitter:
http://www.mobypicture.com/user/Tonicanto1/view/11658046

Pilar González dijo...

Entorno al enriquecimiento interdisciplinar, y ya que el libro no está disponible:

HBO adapta Las Correcciones de Franzen al formato televisivo

Pilar González dijo...

He de deciros que calificar a Patty de odiosa me resulta sospechosamente falocrático, no en el sentido más Neanderthal del término (para naaada oiga) sino más bien en plan "a las mujeres no hay quien os entienda,... estooo... ¿echamos un polvete?"

Y además tengo otra versión, tipo relato breve, del cuento de Patty:

INICIO
Asi que... ¿en esto consistía la felicidad?... ¡pues vaya timo!
FIN

En mi opinión, para joyita el tal Joey y su irresistible carisma, una auténtica garrapata, aunque aquí, lástima no me da nadie, cada uno encuentra lo que busca.

benariasg dijo...

Bueno, odiosa odiosa... Era el término elegido Tomás, y por no buscar otro... Muy "positivo" no es *el personaje* que digamos. Una mujer que arrastra con su confusión a todos los que la rodean, que vive en la insatisfacción constante, incapaz de dar el portazo que necesitaba su matrimonio (una vez cometido el error de haberlo propiciado), que vuelve infelices a todos los que la rodean sin lograr ella nada a cambio... Es verdad que al final da el Quiebre o el Giro Definitivo, bastante increíble por cierto a ciertas edades y, sospecha uno, encaminado única y exclusivamente al consuelo del happy end (bendito sea, para malos finales ya está la obtusa realidad); pero eso no la redime como personaje, aunque nos haga estremecernos al acabar el libro.
Todos los personajes son algo odiosos en realidad, sólo Walter despierta nuestra simpatía (e impaciencia).
¿Falocracia? En todo caso habrá que referirla al Autor que nos ofrece estos personajes. Comentando la novela con unos amigos les planteaba la duda que os dirijo a vosotros ahora: ¿Es Libertad una novela misógina?

Pilar González dijo...

En lo que a mí respecta, definitivamente sí.

En el anterior comentario borré antes de publicarla, una reflexión de ese tipo. Es sin duda el autor el que hace gala de una falsa neutralidad.

Y no, no me parece un happy end, más bien un "esto es lo que hay, o si no, un síndrome de Diógenes, o cualquier otro trastorno senil".

Es la renuncia a cualquier sueño, y la aceptación de lo gris pero real.

En esta imperfecta novelita hay mucha miga, y eso se agradece (no como en otras XD... ¡LMQMP!)

Pilar González dijo...

Por cierto, fue Elena Ponte la que llamó odiosa a Patty.

Benito, Benito, ¿no estarás un pelín equivocadito?

Christine dijo...

Mira que yo pensé que Patty podía haber sido perfectamente un Pepe y Walter una Pepa. Sin embargo, todos los personajes se ven como desfigurados por sus antecesores, hasta llegamos a conocer a los abuelos de Patty. El final, sinceramente, no me lo creo; mujeres y hombres tendemos a repetir comportaminetos a no ser nos tomemos la vida como es: un experimento y es muy divertido si no te tocan cartas malas. Las asociaciones inverosímiles crean una multiplicidad de sensaciones que son imposibles cuando el pensamiento es sólo una pelota rebotando contra la misma pared. Las fronteras mentales las ponemos nosotros. Por cierto, si tocan cartas malas hay que coger nuevas pero no las del vecino o vecina.

benariasg dijo...

Ostras, es verdad lo de Elena... Lo siento, Ponte, es que eso del Zeitgeist me ha confundido.
En cuanto a Cristina... Muy bueno lo de las cartas. Por seguir con tu metáfora, Patty se dejó un as en la manga y cuando fue a sacarlo ya había terminado la partida. Lo que nunca supo hasta que se fueron todos es que tenía la escalera desde el principio. Qué moralina.
Voy a fregar los platos.

Pimpinela dijo...

¿Y el cuento de Walter?

Christine dijo...

Entre otras cosillas, Patty siempre va a destiempo y juega con las cartas de los demás porque no sabe el valor de las suyas, está tan ensimismada coqueteando con el valor del mal y el dolor que no mide las consecuencias de sus acciones, mira sus cartas, la forma, el color, pero no las ve aunque le consta el efecto de sus jugadas. Hay un refrán muy antiguo que dice "el que tontamente peca, tontamente se condena" pero parece ser que con ella no se cumple.

Christine dijo...

Porfa, termina de fregar los platos y empieza el cuento de Walter

benariasg dijo...

Walter tiene menos dobleces, no es apropiado para un cuentito. En cambio, hay un personaje que le da a Franzen para un cuento-pasaje excelente: Verónica.
¿Os acordáis de Verónica, la huele-botas?

Christine dijo...

Bueno, aunque me cambies de tercio creo que Walter o no tiene dobleces o Franzen no lo ha trabajado tanto como a Patty. Es evidente que su personalidad de hombre Bueno le hace ser más simple o reservado. En varias ocasiones Walter hace "lo que suelen hacer todos los hombres" (sólo he cambiado la palabra "mujeres" de un fragmento de un cuentito): NO PREGUNTAR y extender la red de su mundo mental sobre toda hembra viviente con el famoso "YO CREÍA QUE ..." Pobre Walter, con las suposiciones es difícil acertar con las mujeres, sobre todo porque al parecer biológicamente las mujeres verbalizan más para darle un peso real a los pensamientos; así que van los dos bien despachados, en vez de experimentar con sus personalidades se dedicaron a atrincherarse en sus diferencias.
En eso la novela sí que es interesante: la hondura de los sentimientos acumulados en finas capas para bien o para mal en alguna parte del cerebro y el microcosmos familiar que se han inventado en USA que no funciona ni de broma (y sé de lo que hablo). Cada año llegan a las universidades americanas miles de chavales con una hipoteca por estudios a sus espaldas y caen emocionalmente en manos del primero/a que les de calor. Tal vez es porque ves a sus padres lloriqueando tan sólo con un ojo al despedirse y nada más cerrar la puerta de casa empiezan a guardar en cajas todas las pertenencias de sus hijos pues vendrán sólo para Thanksgiving). Cuando eso ocurra ya habrán dividido la nevera en zonas particulares y abonarán gastos de luz y agua.

benariasg dijo...

Esto... a lo mejor el autor del cuentito se ha dejado arrastrar por las sugerencias del Autor de la Novela, y por eso ha cargado las tintas en los detalles chistosos del cliché femenino que representa el personaje de Patty; pero no creo que por su parte piense que "todas" las mujeres hagan esto o lo otro ni que deseen lo de más allá...
En cuanto al papel de la familia, un amigo me comentaba el otro día que hay en Libertad una defensa de la familia, porque a pesar de todo Patty construye, sostiene y recupera no sólo su familia sino la de sus padres y hermanos, dando muestras de una sensatez inédita hasta entonces. En efecto así es al final; pero la impresión que uno se lleva es que en general en las familias americanas la competencia y el deseo de éxito tan característicos del americano medio contaminan sus relaciones. Creo recordar que Franzen decía algo así en alguna entrevista, pero no me hagáis mucho caso. Lo que propone al final, tanto en Las Correcciones como en esta novela, es una reorientación-corrección de la vida en familia, y por eso el final nos deja satisfechos y emocionados aun siendo "de tono bajo" (como lo han calificado por ahí); no será tan bajo cuando lo redondea todo con unas gotas de gran sabiduría.

Pilar González dijo...

Pues a mí en particular el happy end no me parece ni happy, ni tampoco end, que como bien decía Benito, podría seguir y seguir...en particular me da curiosidad el ¿futuro? del matrimonio Connie-Joey.

Y más que un canto a la familia unida me parece un catálogo de deformidades psíquicas y emocionales causadas por tan sagrada institución, algo sobre lo que reflexionar en época navideña, más que nunca.

Christine dijo...

Pues si esto es guatemala , alli es guatepeor. No se poner las tildes con la vitro. Solo eres en cuanto a productividad, es mas, alli no preguntan de donde eres sino donde has estudiado.$$$$$$$$$$$$

benariasg dijo...

Con Libertad para hablar, mi impresión final es que se trata de una novela tremendamente disfrutable. ¿Lejos de Tolstoi? Bueno, todo está lejos de Tolstoi, más aún de Cervantes, y de Homero ya para qué hablar; pero uno quiere leer cosas de su tiempo, aunque sean de peor calidad que las del pasado, es una tendencia comprensible, habría que ser ya muy rancio para convivir únicamente con los clásicos, como preludio a ser uno de ellos. Por fortuna, todavía me interesa el tiempo que vivo, y Franzen me hace verlo de manera transparente, y USA es en gran parte como España, como nosotros, en muchas cosas.
¿Que escribe siemrpe la misma novela? Claro, y Faulkner, y Fitzgerald, y Roth... Cada uno tiene su estilo y su territorio. El de Franzen es la familia contemporánea, y su tecnica la de los capítulos de serie para TV. En Las Correcciones, para mí superior, volcó toda su ambición, con un lenguaje más rico y unos diálogos literarios impresionantes, en Libertad ha hecho perfectamente lo que sabe hacer a la perfección, pero se inclina más al estilo televisivo de calidad.
A la eterna pregunta de si lectura para muchos es lectura de calidad, creo que en general no; pero en este caso se cumple una excepción, la que todo escritor ambiciona en secreto.
Hay pasajes que no me gustan, la tendencia a lo escatológico de Franzen me repugna, y echo de menos personajes femeninos más positivos, aunque los masculinos tampoco son para tirar cohetes, pero en cambio tiene un humor muy inteligente, un estilo soberbio, y logra ese milagro de la gran literatura, que uno viva en sus libros.

Christine dijo...

Vivo en un mundo de interferencias, asociaciones inverosímiles pero que ahí están, todo cuadra y se descuadra en espiral como si la vida se moviera ajena a las secuencias y a los ritmos humanos; nada más terminar Libertad tuve que buscar hasta encontrar un inquietante fragmento leído hace años en una novelita de la biblioteca del insti: El buen soldado. Aquí lo tenéis que me voy a coger caramelos como si no los hubiera probado en mi vida:
"No quiero decir con todo esto que existan grandes pasiones sin el deseo de llegar a la consumación. Eso me parece que es un hecho sabido y que se trata por tanto de una cuestión que no es necesario comentar. Es una cosa, con todos sus accidentes, que hay que dar por sentado, como en una novela, o en una biografía, damos por sentado que los personajes toman sus comidas con cierta regularidad. Pero la verdadera fiebre del deseo, el verdadero fuego de una pasión largo tiempo mantenida y que termina por agotar el alma de un hombre, es el vehemente anhelo de identidad con la mujer que ama. Desea ver con los mismos ojos, tocar con los mismos órganos del tacto, oír con los mismos oídos, perder su identidad, sentirse envuelto, ser sostenido. Porque se diga lo que se quiera sobre la relación entre los sexos, no hay hombre que ame a una mujer sin desear acudir a ella para renovar su arrojo, para acabar con sus dificultades. Y ése será el manantial del deseo que sienta por ella. Todos tenemos mucho miedo, todos estamos muy solos, todos estamos muy necesitados de alguna confirmación exterior de que merecemos existir."

Christine dijo...

Me explicaré un poco más, la novela es ambiciosa en cuanto a temas pero en realidad la lente de aumento recae sobre la familia y las relaciones que la van conformando. Patty al ser un personaje contradictorio, da más juego, es más fácil para un escritor retratar a un personaje "odioso" que a un personaje "bondadoso" que puede resultar insulso. Quien quiera verlo así se ha quedado en la superficie porque a lo largo de las páginas se van creando identidades muy complejas que no psicóticas. Lo único que ocurre es que ella presenta una personalidad muy tortuosa que yo calificaría de inaguantable y él no sabe gestionar sus emociones aunque Franzen las describe muy bien. Por ejemplo, el pasaje más peliagudo, el de la página 550 es otro indicativo más de la verdadera complejidad humana y no animal pues a su manera, Walter, sólo en la desesperación expresa sus verdaderas ideas y emociones (lo vimos también en el discurso con la trazodona).
No es que Patty sea una viciosilla es que después de tantos años entiende su lenguaje, su desesperación por fundirse en ella (al estilo del fragmento de Ford Madox) y su lucha hasta el final por, según él, "el amor de su vida" (Pg.549). Por eso, cuando Richard llega a la casa sabe que ha llegado 24h. tarde y por eso ella cuando recuerda ese pasaje admite que fue el regalo de despedida de Walter.

Sé que me arriesgo mucho con este comentario literario con tanta lengua afilada por ahí...
En cuanto al matrimonio Connie-Joey, ese barco va "muy escorao", si el viento le sigue soplando del mismo lado no llegará a meta.

Pilar González dijo...

Mi afilada y bípeda lengua está contigo.

Puede que no sea "el libro perfecto" pero para mí que no he leído Las correcciones (desde aquí hago un llamado a quien pueda pasarmelo de estranjis) es de sobresaliente.

Que esté uno más de acuerdo o no con esto o con aquello es otro cantar. El libro es muy muy recomendable.

¿Y el siguiente?

benariasg dijo...

Una de cotilleo sobre Franzen y la "envidia" de su mujer, y sobre cómo se venga ella, me recuerda a Patty, no es por ná:

La "Envidia" de Kathryn Chetkovich

Si añadimos que en Las Correcciones (mi ejemplar a vuestra disposición cuando me lo devuelvan, ahora lo tengo prestado) aparece por ejemplo un padre con Alzheimer tal y como tuvo el suyo, o que Walter tiene ascendencia sueca como el propio Franzen... Parece que el Autor habla de cosas que conoce de primera mano.

Pilar González dijo...

Interesante el "momento tomate", Benito.

Tanta miseria humana cotidiana no podía ser hipotética, está claro.

Guillermo M. dijo...

¡Vaya, vaya! Parece que la obra "escuece" en algunos aspectos... pero las preguntas, sabiamente ahogadas entre circunloquios literarios, siguen sin respuestas. Tal vez porque ninguno las sabemos ciertamente y preferimos refugiarnos en la mendacidad sincera a exponer una verdad errónea.

benariasg dijo...

Guillermo, Cristina ha explicado ese pasaje a fondo. ¿En qué no estás de acuerdo? Yo veo también la locura de la frustración en esa escena, cómo no, pero reconocer en ella la hondura de un alma bella y el deseo del andrógino es la manera más justa de comprender El Giro de Patty, ¿no te parece?

Pilar González dijo...

Yo creo más que nada que los valores judeocristianos (la culpa, el pecado, la redención, etc...) se han adherido a anuestro ADN y desde allí siguen haciendo mucho daño.

Guillermo M. dijo...

En la fuente de la zigzagueante contradicción.

benariasg dijo...

And Kung smiled upon all of them equally.
And Thseng-sie desired to know:
"Which had answered correctly?"
And Kung said, "They have all answered correctly,
That is to say, each in his nature."

[Ezra Pound, Canto XIII]

benariasg dijo...

También hay que tener en cuenta esto

Guillermo M. dijo...

Pues eso. Que faltaba la tercera pata de banco: en realidad Patty tenía una extraña malformación en el trigémino izquierdo. Esto provocaba que las semanas impares los vasos capilares se pusieran farrucos, originado una auténtica fiesta en las circunvoluciones cerebrales...
Es cierto que la doctrinaria tradición judeocristiana influye y condiciona por más que queramos, pero a lo que voy es hasta qué punto es tan liberadora la corriente relativista cuando se asume de forma igualmente fundamentalista.
En lo que creo que estamos de acuerdo es que la obra merece la pena (independientemente del grado de verosimilitud que cada uno le apliquemos) en tanto en cuanto nos está motivando a la hora de razonar sobre la naturaleza (más o menos artificial) humana. Imagino que Benito, Horacio y Tomás estarán en su salsa.
Sigo pidiendo para la próxima lectura algo más de evasión, si es posible.

Pilar González dijo...

Benito, esto... lo de tener en cuenta tan prodigioso descubrimiento científico, iba por los personajes de la novela ¿o no?.

Guillermo, mi adhesión, algo divertido YA!!. El curso pasado alguien habló de Maldito karma ¿que tal algo así?

Supongo que a la vuelta ya hablaremos. Reirse está bien y además es sano

benariasg dijo...

Pues antes de nada está el de Orths, para el que tenemos que establecer un turno rápido de lectura, es muy chico, muy caro y al parecer muy malo, así que no vale la pena comprárselo...

Por mi parte he encargado la novela que dice Franzen le abrió los ojos como escritor.

Es ésta

No es una propuesta, es más bien curiosidad.

Guillermo M. dijo...

Como veo que el personal va a piñón fijo y se va a seguir aplicando el artículo "cesto" a mis propuestas, dentro de los rollos de la realidad (transferida) sugiero "El póquer del mentiroso" de Michael Lewis, bastante apropiado para los años de crisis que sufrimos (por aquello de que aquellos polvos trajeron estos contaminados lodos)

E Olmedo dijo...

Ahí va la incordiante ( pero efectiva) hija de Robert Post. Si levantara la cabeza y viera la novela que estamos leyendo algunos ( Libertad ¿no?) nos íbamos a enterar. Algunos la han olvidado por completo, ni la han leído, pobrecilla...

Pues debéis saber que no es de las que se rinde fácilmente.

Saludos

Pilar González dijo...

Franzen en Babelia

Christine dijo...

Alucinante. Es un hombre muy gestual porque las palabras no le consuelan. Es formal a medias como su vestimenta; se agarra a su chaqueta cuando se incomoda pero sus piernas, las que menos controla, llevan vaqueros.
Sonríe continuamente para ser amigable pero su cuerpo está preparado para la huida.
Extraordinariamente tímido, toca con frecuencia su rodilla izquierda para no desbordarse. No suele mentir porque mantiene contacto con su propio cuerpo: él es el referente de lo que cuenta. Por eso, cuando comenta que Patty es ficción miente o se pone nervioso (se toca la oreja).
Sólo cuando habla de algunos aspectos de Libertad y de Wallace cierra los puños: contención de emociones que su cerebro "ve".
Por último, no está muy contento con lo que está haciendo con Las Correcciones o le está dando muchos quebraderos de cabeza.

No quiere ser diferente pero sabe que lo es y tiene que ser un hombre difícil porque huye y se protege.

benariasg dijo...

Muy interesante la entrevista, todo un tipo, mucho más inseguro de lo que esperaba.
Magnífico análisis el tuyo, Cristina.

Guillermo M. dijo...

Perdón por la autocita, pero después de la entrevista me reafirmo en un anterior comentario : "creo que el autor ha tenido algún que otro contratiempo con algún Richard y su masoquista autoflagelamiento debería hacérselo ver". Si ya la obra rezumaba complejos y venganzas sordas (me ha recordado la realizada por Dickens a su antiguo amor Mary Beadnell)ver al autor en directo es un pendón-estandarte-gallardete del acomplejado. A veces, las opacas frases de una obra ocultan la personalidad del autor. En este caso no hace falta descorrer el pesado cortinaje para comprender lo que las hialinas letras de su obra transparentan.

Christine dijo...

Bueno, no sabemos las circunstancias anteriores a la entrevista pero sólo he dicho que es tímido y reconozco que encontré en él muchos reflejos de mi imaginario Walter, tanto (pero es mucho imaginar) que cuando terminé de ver la entrevista pensé en Libertad como una extensa carta de amor o una tregua-disculpa... no sé... tendría que ver a Franzen en otros videos.

benariasg dijo...

Lo importante de la literatura no es lo que dice de sus autores, sino lo que dice de nosotros... Especular sobre lo primero es entretenido, pero es sólo eso, entretenimiento. Estoy en contra del psicoanálisis aficionado, y de la reducción de las obras a psicología. Otra cosa es analizar el modelo postural de alguien que habla, etc., eso es sugerente, pero decir que Franzen reproduce circunstancias de su vida en la novela es, como mínimo, arriesgado, y en todo caso no quita ni pone una coma a su valor como novelista y mucho menos al peso de su obra. Lo digo porque, Guillermo, parece que estás sugiriendo que al relacionar la novela con ciertas circunstancias de su vida la obra queda, digamos, "explicada", y yo no lo veo así, al contrario, de esta manera sólo se evita entrar a valorar hasta qué punto se retratan conflictos que son de todos nosotros.

A ver si entra Bernardo Soares y nos lo comenta con más conocimiento de causa.

Pilar González dijo...

Físicamente me daba un aire a House, pero el pobre es soso de narices. Está como sufriendo en cada frase que pronuncia. Mejor que escriba y no de entrevistas.

Si llego a ver el video antes, desde luego que no le leo.

Christine dijo...

Se nos ha pasado por alto que estas apreciaciones van acompañadas por el lenguaje verbal. ¿Que nos ha dicho revelador de la novela? Nada. En eso, lo verbal y lo no verbal se acompañan: huye temas y evita por todos los medios influir en los lectores. Un tipo listo usando como escudo su personalidad y sus piernas desde el momento en que verbaliza que está promocionando su libro en vez de escribir. (Por favor, no me lo destrocéis, para materializar Las construcciones y a Patty ha tenido que estar muchas horas delante del ordenador).

Guillermo M. dijo...

¿alter ego? ¿sosias especular? Ni en los del callejón de Álvarez Gato ¡Max estrellao!

benariasg dijo...

Al fin aparece en la web de La Casa del Libro la posibilidad de encargar Las Correcciones en Salamandra. Dan como plazo 10 días, así que está a punto de salir.