domingo, 17 de marzo de 2013

MARINA


          Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió. Pasaría una eternidad antes de que comprendiese aquellas palabras. Pero más vale que empiece por el principio, que en este caso es el final. 
         En mayo de 1980 desaparecí del mundo durante una semana. Por espacio de siete días y siete noches, nadie supo de mi paradero. Amigos, compañeros, maestros y hasta la policía se lanzaron a la búsqueda de aquel fugitivo al que algunos ya creían muerto o perdido por calles de mala reputación en un rapto de amnesia. 
          Una semana más tarde, un policía de paisano creyó reconocer a aquel muchacho; la descripción encajaba. El sospechoso vagaba por la estación de Francia como un alma perdida en una catedral forjada de hierro y niebla. El agente se me aproximó con aire de novela negra. Me preguntó si mi nombre era Óscar Drai y si era yo el muchacho que había desaparecido sin dejar rastro del internado donde estudiaba. Asentí sin despegar los labios. Recuerdo el reflejo de la bóveda de la estación sobre el cristal de sus gafas.

          Nos sentamos en un banco del andén. El policía encendió un cigarrillo con parsimonia. Lo dejó quemar sin llevárselo a los labios. Me dijo que había un montón de gente esperando hacerme muchas preguntas para las que me convenía tener buenas respuestas. Asentí de nuevo. Me miró a los ojos, estudiándome. «A veces, contar la verdad no es una buena idea, Óscar»,dijo. Me tendió unas monedas y me pidió que llamase a mi tutor en el internado. Así lo hice. El policía aguardó a que hubiese hecho la llamada. Luego me dio dinero para un taxi y me deseó suerte. Le pregunté cómo sabía que no iba a volver a desaparecer. Me observó largamente. «Sólo desaparece la gente que tiene algún sitio adonde ir», contestó sin más. Me acompañó hasta la calle y allí se despidió, sin preguntarme dónde había estado. Le vi alejarse por el Paseo Colón. El humo de su cigarrillo intacto le seguía como un perro fiel. 

6 comentarios:

Laura Aparicio Peña dijo...

Uno de los fragmentos que mas me han gustado y a la vez me impacto cuando lo leí fue llegando al final al terminar sus aventuras misteriosas en la que ambos quedaron enredados, Marina tenía un secreto que no le había contado a óscar y era que su madre se había muerto por una enfermedad en la sangre de la cual ella había heredado, Marina le había contado a Òscar que era su padre el que estaba enfermo. Poco después de vivir sus aventuras Marina queda hospitalizada, después de haber vivido esa gran aventura óscar llega a la casa de Marina y se sorprende porque no había nadie. El fue al hospital y estuvo con ella hasta que los médicos le dijeron que no tenia solución, entonces se fueron a la casa de Marina el estuvo en todo momento con ellas hasta que pocos días después ella muere en su habitación. Lo que más me sorprende es que por amor a él no le contara su enfermedad.

Maite Campos dijo...

En la historia de Marina y Òscar, me a impresionado como dos jóvenes descubren la intrigante historia de Mijail Kolvenik.Marina llevó a Òscar al cementerio dicienfole que tenia que contarle un secreto,y vieron a una mujer misteriosa y que nunca dejava ver su cara, en la tumba y en el carruaje de la dama aparecia una mariposa negra.Tras muchas investigaciones al final descubren la historia de MijaiL, que era un médico que fabricaba protesis y las mariposas que salian en todo lo lugares era lo que el crei el remedio para curar.Cuando Óscar vio que Marina se moria, comprendió a Mijail, el también le abria dado a Marina el liquido que contenian los frascos, que era el liquido que provenia de las mariposas negras para salvarle la vida su amada Marina.

Jº Daniel Jiménez Quintana dijo...

La historia que viven Marina y Óscar me ha encantado muchísimo , no sabría decir cual es mi mejor parte del libro.
Una de ellas es cuando Marina y Óscar van al invernadero y se llevan el álbum y las partes de los cuerpos que creían que eran maniquíes le persiguieron a mi me ha encantado porque no me lo esperaba y ahí fue donde me empezó a gustar cada vez mas y empezó a desencadenar las acciones que ocurrían en el libro .
La otra parte del libro es el final que tiene porque yo ya tenia en mente que Germán moriría al decir Marina que las pruebas eran para Germán me desconcertó un poco lo de que Marina tosiera sangre pero me olvide de eso sin darle importancia pero cuando llegue al momento en que Óscar decidió volver a la casa de Germán y Marina y estaba sucia y parecía que nadie vivía allí pensé que estaban en el hospital por Germán pero al decir que Germán lloraba en el sillón supuse que le paso algo a Marina por estar esos últimos días cuando vivía allí tan decaída , no caí en aquella noche cuando tosía sangre . Y me encanto el final inesperado del libro porque no me esperaba que Marina le hubiera mentido ha Óscar y me encantó el gesto de Óscar al regalarle el libro y hacerle la catedral que ella esperaba . Me emocionó la explicación que Marina le dió a Óscar de porque le mintió.

Víctor Manuel Jaime Molina dijo...

Me ha gustado mucho el libro, aunque también debo decir que por ciertos párrafos es algo aburrido. Es un libro muy emocionante y sobre todo no te esperas lo que pueda pasar. Me gusta mucho la parte en la que Óscar sale del internado y se va a explorar por Barcelona, cuando se apoya en una verja vieja y se abre, entonces Óscar va a curiosear porque escucha una música, entra en la casa y cogió un reloj para verlo mejor, entonces se dió cuenta de que no estaba solo y salió a correr de allí con el reloj en la mano.
Intento volver a la casa con su amigo pero se asustaron y salieron de ahí.
Otra parte que es muy interesante es cuando Marina lleva a Óscar al cementerio a enseñarle una tumba sin nombre y que tenía dibujada una mariposa negra.
Me gustó cuando Óscar descubrió que el que estaba enfermo no era Germán, si no Marina, a la que le quedaba poco tiempo de vida. A partir de ahí, Óscar iva a visitarla cada día cuando salía del internado. Durante la última semana de vida que le queda a Marina, Óscar pasa 24 horas con ella.
Cuando Marina muere, la incineran y esparcen sus cenizas por la orilla de la playa...

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el libro,porque el libro es de misterio y tienes esa intriga que te hace no dejar el libro por que quieres saber lo que pasa. Una de las partes que más me ha gustado del libro es cuando Óscar fue a soltar el reloj que se llevó el día anterior y conoce a Marina.
Otra parte que también me ha gustado mucho es cuando Óscar y Marina intentan huir de Kolvenik y Eva Irinova para distraerlo le pego unos tiros, después ardieron los dos juntos y murieron abrazados.
La parte que me parece más triste es cuando le dicen que no pueden hacer nada más por ella y se la llevan a Sarriá para que viva sus últimos días allí,al cabo de los días mueren e hicieron su último viaje con ella a la playa donde echaron sus cenizas. Unos pescadores de la zona llevaron a Óscar y a Germán a la estación de tren donde se despidieron.


Alberto Toledo

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el libro,porque el libro es de misterio y tienes esa intriga que te hace no dejar el libro por que quieres saber lo que pasa. Una de las partes que más me ha gustado del libro es cuando Óscar fue a soltar el reloj que se llevó el día anterior y conoce a Marina.
Otra parte que también me ha gustado mucho es cuando Óscar y Marina intentan huir de Kolvenik y Eva Irinova para distraerlo le pego unos tiros, después ardieron los dos juntos y murieron abrazados.
La parte que me parece más triste es cuando le dicen que no pueden hacer nada más por ella y se la llevan a Sarriá para que viva sus últimos días allí,al cabo de los días mueren e hicieron su último viaje con ella a la playa donde echaron sus cenizas. Unos pescadores de la zona llevaron a Óscar y a Germán a la estación de tren donde se despidieron.
Otra parte que mas me gusta es cuando el doctor le pregunta a Óscar:
-¿tu estabas allí,verdad?.
y Óscar asintió
-María murió en paz,doctor.
Óscar vió sus ojos brillanndo en lágrimas.Lé ofrecio su mano y la estrechó.
Dijo el doctor:
-gracias.
Óscar no lo volvió a ver.

Alberto Toledo