martes, 4 de noviembre de 2014

Ciudad, de Clifford D. Simak


 
 

Éstas son las historias que cuentan los perros, cuando las llamas arden vivamente y el viento sopla del norte. Entonces la familia se agrupa junto al hogar, y los cachorros escuchan en silencio, y cuando el cuento ha acabado hacen muchas preguntas.
-¿Qué es un hombre?
-¿Qué es una ciudad? 
-¿Qué es una guerra?
No hay respuesta exacta para esas preguntas. Hay suposiciones y teorías y conjeturas, pero no hay respuestas.
En esos grupos familiares más de un narrador ha tenido que explicar que sólo se trata de un cuento, que no existen cosas tales como una ciudad o un hombre, que en los cuentos, que no pretenden más que entretener, no hay que buscar una verdad. Explicaciones semejantes, que pueden servir para los cachorros, no son explicaciones. Aun en unos cuentos tan simples hay que buscar la verdad.

En "Ciudad", uno de los primeros libros con los que me topé al acercarme a la Biblioteca del centro, se nos habla de un futuro en el que la Tierra ya no pertenece a los seres humanos. Han desaparecido, aniquilados o trasladados a otro planeta, es difícil de precisar. Los que perpetúan las leyendas sobre los seres humanos, su destino y su final, son los perros. Hablan entre ellos y forman familias envueltas en amor. Son menos viscerales que los simios avanzados de esa otra alternativa a la humanidad, la narrada en El planeta de los simios, ahora tan recurrente. La novela ofrece una lectura tan agradable como inquietante. Un futuro donde no son las máquinas las que dominan el mundo sino los perros, esos últimos amigos del hombre.

Ciudad, de Clifford D. Simak:  N SIM ciu



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