CONCURSO "ANA MARCOS": Primer día de instituto

OBRA GANADORA  
 EN MODALIDAD RELATO 2º ciclo

Hola, mi nombre es Sebastián, y voy a contar mi historia sobre mi primer día en el Instituto, Juan de la Cierva.

Lo primero que yo pensaba era que el director iba a ser un señor llamado Juan que siempre iba acompañado de una cierva, esto me asustaba un poco, ya que una cierva en un instituto podría morderle a los niños, no sé porque dejarían que hubiera un animal en un instituto, pero por suerte, solo me encontré a muchos niños llamados Juan, pero ninguna cierva.

Cuando llegué por primera vez, me encontré a una señora que me iba a sacar la foto para el carné de estudiante y presentarme un poco el instituto y las clases a donde tendría que ir, pero lo que me sorprendió, fue que dijo que era del Hampa, no sabía que la mafia podía estar manejando el instituto, así que simplemente dije “si” a todo lo que me decía, ya que no quería meterme entre los asuntos de la mafia, por suerte, si ocurría algo, el ambulatorio está justo aquí al lado.

Cuando me dijeron que había un bar, me interesó, imaginé que era un bar moderno, grande, y con música, pero cuando fui a verlo, era un sitio muy pequeño con unas pocas mesas y sillas, como las clases no empezaron todavía, había muchos niños y repetidores barbudos y musculosos de tantos años llevando las pesadas mochilas llenas de libros, luchando entre ellos por ser el primero en la cola, yo ya di por hecho de que no iba a irme a comer allí en los recreos, el deleite mucho mejor es imaginado que gozado después de todo, aunque hablando de deleite, los bocatas están geniales, me imagino que por eso hay tanta gente en la cola ahora que lo pienso bien.

Y bueno, tras tres años de instituto, he dejado de buscar a ese tal Juan con la Cierva, el hampa ha debido de cambiar mucho porque ahora son los padres los que lo dirigen, y parece que se les ha caído la “h” del logotipo, yo ya casi soy uno de los niños que luchan por quedar de los primeros en la cola del bar, y lo de musculoso y barbudo parece que todavía queda un poquito.

Pablo Robles Navas,3º ESO D