Por muy lejos que estemos aún de conseguir que el día de la Paz se convierta en la gozosa celebración universal que todos soñamos, somos conscientes de que sueños igualmente altos han podido hacerse realidad, con la suma de esfuerzos, de voluntades, con el compromiso y la firme determinación de todos, cada uno en el ámbito de su competencia.
Creemos en el poder de la palabra y, como docentes decididamente comprometidos en el proceso de EDUCAR PARA LA PAZ, un año más planteamos nuestra contribución en las actividades a celebrar en este día desde la reflexión sobre la palabra.
Con Blas de Otero pedimos la paz y la palabra; como Gabriel Celaya proclamamos nuestro convencimiento de que la poesía es un arma llena de futuro; al igual que Luis García Montero siempre regresamos a las palabras y, porque amamos las palabras, recordamos una vez más el legado de Miguel Hernández: Tristes armas si no son las palabras.
Nuestra breve antología poética habla de paz, de convivencia y de justicia social. Os animamos a que disfrutéis de su lectura.
Acompaña este manifiesto una antología de poesía en español. Dada su extensión, hemos elegido un poema para cerrar esta entrada. El resto puede descargarse pinchando aquí.
Oración.
A vosotros,
Que cortáis la manzana de la muerte
Con el anonimato de una guerra,
Os pido caridad.
Por un Dios
En el que jamás he creído
Por una Justicia
De la que desconfío
Por el orden de un mundo que no respeto.
Para que renunciéis a vuestra guerra,
Yo renuncio a mis dudas,
Que son parte de mí
Como la luz amarga
Es parte del otoño.
Y escribo a Dios, Justicia, Mundo,
Y os pido caridad, y os lo suplico.
Luis García Montero
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