martes, 5 de noviembre de 2013

ANIVERSARIO DE CERNUDA



Hoy, 5 de noviembre, se cumplen 50 años de la pérdida de unos de los literatos andaluces más ilustres: Luis Cernuda moría en el exilio de México a los 61 de años de edad. 

La poesía de Cernuda, recogida en libro que fue ampliando en sucesivas ediciones: La realidad y el deseo, es «materia de vida hecha carne poética, reflexión sobre la existencia y la condición humana en términos universales, y tiene su lugar especial en el grupo de su generación, como contrapunto al vitalismo desbordado de otros. También la vida, con sus claroscuros, se desliza por sus versos, como esos momentos de felicidad que, aunque fugaces y perecederos, habría para él. Y, por encima de todo, la belleza, que, aunque sea efímera, siempre será un goce eterno», en palabras de la crítica más especializada.

Quiero traeros unos versos de uno de los poemas más simbólicos y que más me gustan de él, es el titulado "Peregrino", y es un auténtico remanso de belleza, una auténtica declaración de intenciones y una lección de vida para seguir adelante. Dice así:


Peregrino

          ¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.

          Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.

          Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.

¿Cuál de sus poemas elegirías como el que más te gusta o el más representativo? ...

1 comentario:

AntiguaEstudiante dijo...

A mí, sin duda, este poeta me entró por su manera de decir "te quiero" (la última estrofa me puede):

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.