Nube blanca, 30 marzo de 2017
Queridos amigos:
Me acabo de caer, y me estoy resbalando por una
hoja. Como todavía soy pequeña me deslizo muy lentamente.
¡Huy!¡Que
se me olvidaba presentarme! Mi nombre es H y mis apellidos Dos O.
Estoy aquí, porque mi mamá está enfermando,
últimamente estornuda provocando vendavales, le dan tiriteras haciendo que toda
la tierra se mueva… y nadie sabe cómo curarla. Por eso he venido a la Tierra, a
buscar una solución. ¡Ah! Por cierto mucha gente conoce a mi mamá como
Naturaleza.
¡Qué alegría, me acabo de juntar con cincuenta
de mis hermanas y hemos formado una gran gota de agua! Hemos aterrizado en un
manzano, que nos dice al vernos:
-Que ganas tenía de que
cayeseis sobre mí, necesitaba de vosotras para poder producir mis frutos, que
servirán para dar de comer a muchas personas.
Que útil me sentí en
ese momento, a través del manzano conocí
a una familia cuyos valores eran el respeto y la responsabilidad, ya que
cuidaban a los árboles con productos muy ecológicos.
Como éramos muchas
gotitas, las que sobrábamos nos evaporamos y seguimos nuestro ciclo aunque es
aquí donde descubro mi primera pista.
Conforme nos íbamos
acercando al cielo, nos íbamos ensuciando de una cosa negra, no estoy segura de
qué era, creo que la llaman contaminación. Todas mis hermanas nos volvimos
amargas, ácidas y, algo que antes nunca me había pasado, es que mucha gente nos
tenía miedo.
Menos mal que mi mamá
nos pudo limpiar un poco antes de que volviéramos a caer esta vez en un lugar
helado y blanco. Recuerdo que hace muchos ciclos atrás caí aquí, pero lo
recordaba diferente, no era tan azul, e incluso hacía más frío.
Et voilà! Con esta
última pista puedo llegar a la medicina más efectiva pero con esta idea me
tenéis que ayudar, lo único que tenéis que hacer es no ensuciar vuestro hogar.
Yo no sé a vosotros pero a mí me enseñaron que “no es más limpio el que más
limpia, sino el que menos ensucia”.
Con esto último me
despido y recordad siempre, cuidaros y cuidarnos para así poder curar a mi mamá.
Se despide muy
atentamente:
Primer Verso
Mirada
perdida al alba, mi cuerpo te extraña
Calles
solitarias alumbradas por farolas
Como
mis ruinas, las de dentro, soy Roma
Y
suspirar como si así mi pesadilla se esfumara
Y qué
decir cuándo no salen las palabras
Con
una presión en el pecho que hasta ahoga
Ahora,
que yo quiero tener cerca tu aroma
Siento
el vacío que yo mismo te provocaba
La
lluvia cae, se mojan las ventanas
Cero
lamentos, tras la tormenta todo calma
Observo
los destrozos cuando el viento amaina
Mis
sentimientos rotos, allí, junto a mi alma
El
perfume que me diste aún lo conservo
Lo veo
y recuerdo esos viejos tiempos
Donde
nada era gris, no había ni un lamento
En ese
tiempo no era pasto del desprecio
Me
asomo, miro al cielo y siéndote sincero
Yo
nunca olvido nada y aún menos tu recuerdo.
El
problema no eras tú, sino este extraño engendro
Yo
nunca fui un galán y aún menos tu Romeo...
-Sergio Gómez Sánchez-
CÓMO SE DIBUJA UN UNIVERSO
UNA VERSIÓN DE GLORIA FUERTES
ALEJANDRO VIGO 1D
Un
universo que tenga de todo
se
dibuja de este modo:
unas
estrellas,
un
cometa,
arriba
el sol,
abajo
un agujero negro,
una
nave espacial,
un
meteoro,
unas
lunas,
un
planeta,
la
Tierra y un ovni.
Un
eclipse como un globo.
Ahora
pon tú los colores:
La
supernova brillante,
el
rayo amarillo,
rojo
el horizonte,
el
lucero blanco,
la
nube azul,
porque
es espejo del cielo como tú.
La
Vía Láctea de color de la Vía Láctea,
De
color amarillo el sol
La
gravedad…
Como
tú quieras la gravedad
De
tu caja de pinturas
¡Usa
todos los colores!
Prejuicios (que dejan marca.)
No soy de los que juzgan a un libro por su portada,
Pero soy un libro con portada que se cree todos los juicios.
Estaba cansado de aguantar,
Pues
solo les pedí paz
Y
me declararon la guerra,
Ardió Troya, difícil de controlar.
No sé que les importará,
Pues me ganaron la batalla.
Con
todo lo que me importaba.
Yo era feliz siendo yo,
Se
ve que algunos no lo veían bien.
Es
como dice Alejandro Palomas:
El gran temor de los suicidas
Es que
la muerte
Esconda una vida.
Curioso que la posibilidad
De una vida
Evite
tantas muertes.
Curioso que la posibilidad
De una muerte
Alivie
tantas vidas.
Lo siento, pero no me quedan más espadas
para esta batalla,
Ni más lágrimas para esta
fachada.
No me queda nada para mi historia, la bonita historia que comenzó en
verso, y por esta vida misma acaba en
prosa.
Todo era verdad, todos lo éramos.
Sergio
Peláez Peláez,4ºA
UNA RARITA·
Celia González López 1º D
Celia González López 1º D
Siempre he sido una chica
distinta a las demás. No me gusta maquillarme, no me gusta pintarme las uñas,
no me gusta leer novelas de amor como a la gran mayoría. Todo esto me pasa
desde pequeña. Mientras todas estaban divirtiéndose con sus muñecas, jugando a
los papás y a las mamás o haciendo cualquier cosa, yo estaba sentada en mi mesa
dibujando, creando historias de dragones y piratas que no llegaban a su fin.
Nunca me fue un problema pero eso cambió cuando llegué al instituto.
Al llegar allí yo era la rara, la que se sentaba sola en el recreo, la que no hablaba con nadie…
No me llegaba a importar demasiado, me reunía con aquellas personas que tenían los gustos igual a mí y la verdad es que me sentía bien.
Al llegar allí yo era la rara, la que se sentaba sola en el recreo, la que no hablaba con nadie…
No me llegaba a importar demasiado, me reunía con aquellas personas que tenían los gustos igual a mí y la verdad es que me sentía bien.
Todo empezó
cuando unas chicas se trasladaron a mi clase. Antes de que ocurriera esto
supongo que no tenían ni la más remota idea de que yo existía, pero se dieron
cuenta pronto.
Recuerdo que era un miércoles, a tercera hora. El profesor no había venido por lo que un maestro de guardia estaba a nuestro cargo y nos dejó hacer lo que quisiésemos.
Todos estaban hablando o jugando a cualquier tontería. Yo estaba sentada en mi mesa dibujando como suelo hacer. Entonces una de las chicas se acercó a mí.
-¿Qué dibujas?
-Paisajes. A veces son coloridos, otras veces son oscuros… Depende de cómo me sienta.
-Interesante, ¿no dibujas otras cosas? Quiero decir, ¿dibujas algo más o solo paisajes?
-También dibujo monumentos, personas e incluso a veces dibujo personajes inventados pero, normalmente, dibujo paisajes.
La chica se alejó, parecía una persona simpática. No reaccioné de ninguna manera al ver que ella se acercó a mí, de todas maneras creo que solo pretendía ser amable ya que no parecía ser alguien como yo, es decir alguien distinta a las demás.
Recuerdo que era un miércoles, a tercera hora. El profesor no había venido por lo que un maestro de guardia estaba a nuestro cargo y nos dejó hacer lo que quisiésemos.
Todos estaban hablando o jugando a cualquier tontería. Yo estaba sentada en mi mesa dibujando como suelo hacer. Entonces una de las chicas se acercó a mí.
-¿Qué dibujas?
-Paisajes. A veces son coloridos, otras veces son oscuros… Depende de cómo me sienta.
-Interesante, ¿no dibujas otras cosas? Quiero decir, ¿dibujas algo más o solo paisajes?
-También dibujo monumentos, personas e incluso a veces dibujo personajes inventados pero, normalmente, dibujo paisajes.
La chica se alejó, parecía una persona simpática. No reaccioné de ninguna manera al ver que ella se acercó a mí, de todas maneras creo que solo pretendía ser amable ya que no parecía ser alguien como yo, es decir alguien distinta a las demás.
Al día
siguiente se acercó a mí de nuevo. Pero esta vez era totalmente distinta, esta
vez era desagradable. Aprovechó que el profesor había salido de clase para
llevar a una alumna al despacho del director para ponerme en vergüenza delante
de toda la clase. Y entonces fue cuando dio dos palmadas y dijo:
-¡Atención todos! Bueno no sé si sois conscientes de que en esta clase hay una chica que se dedica a estar sola, a dibujar estupideces y a no hablar con absolutamente nadie. ¿No creéis que es un poco rarita? –Ahí comenzó todo. De rarita a amargada, de amargada a palabras mucho más fuertes… Mi vida se estaba convirtiendo en un desastre.
Me amenazaron, me empujaron, me pegaron, me hicieron de todo hasta que cambié.
Llegué a la conclusión de que si quería que me dejasen en paz, tenía que cambiar de personalidad, tenía que dejar de ser yo. Y eso hice. Pasé de ir siempre en tenis, sudaderas y pantalones de chándal a ir con camisas y faldas rosas, blancas, violetas… Pasé de no hablarme con casi nadie a hablarme con todas las chicas. Dejé de leer, dejé de dibujar, dejé de hacer lo que me gusta. Me di cuenta de que así encajaba pero, también me di cuenta de que no estaba a gusto. Me sentía mal, me sentía triste.
-¿Por qué? ¿Por qué dejaste de ser tú? ¿Por qué dejaste de leer, de dibujar, de hacer lo que te gusta? Al cambiar me decepcionaste. ¿Nunca pensaste que ser tal y como eras era lo mejor? ¿Nunca lo pensaste? –Era Alejandra, una chica como yo, una chica rara o eso pensaba- Sé lo que piensas, yo también pasé por eso. Piensas que eres rara. Pues que sepas que no. No te sientas rara, siéntete diferente y afortunada. Afortunada de tener una personalidad distinta a la típica personalidad del típico prototipo de chica, afortunada de ser tú.
Entonces me di cuenta. Para encajar no debía cambiar mi forma de ser, no debía dejar de hacer lo que me gusta, solo debía ser yo y sinceramente, es lo que realmente me importa.
-¡Atención todos! Bueno no sé si sois conscientes de que en esta clase hay una chica que se dedica a estar sola, a dibujar estupideces y a no hablar con absolutamente nadie. ¿No creéis que es un poco rarita? –Ahí comenzó todo. De rarita a amargada, de amargada a palabras mucho más fuertes… Mi vida se estaba convirtiendo en un desastre.
Me amenazaron, me empujaron, me pegaron, me hicieron de todo hasta que cambié.
Llegué a la conclusión de que si quería que me dejasen en paz, tenía que cambiar de personalidad, tenía que dejar de ser yo. Y eso hice. Pasé de ir siempre en tenis, sudaderas y pantalones de chándal a ir con camisas y faldas rosas, blancas, violetas… Pasé de no hablarme con casi nadie a hablarme con todas las chicas. Dejé de leer, dejé de dibujar, dejé de hacer lo que me gusta. Me di cuenta de que así encajaba pero, también me di cuenta de que no estaba a gusto. Me sentía mal, me sentía triste.
-¿Por qué? ¿Por qué dejaste de ser tú? ¿Por qué dejaste de leer, de dibujar, de hacer lo que te gusta? Al cambiar me decepcionaste. ¿Nunca pensaste que ser tal y como eras era lo mejor? ¿Nunca lo pensaste? –Era Alejandra, una chica como yo, una chica rara o eso pensaba- Sé lo que piensas, yo también pasé por eso. Piensas que eres rara. Pues que sepas que no. No te sientas rara, siéntete diferente y afortunada. Afortunada de tener una personalidad distinta a la típica personalidad del típico prototipo de chica, afortunada de ser tú.
Entonces me di cuenta. Para encajar no debía cambiar mi forma de ser, no debía dejar de hacer lo que me gusta, solo debía ser yo y sinceramente, es lo que realmente me importa.
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