El día 23 de Abril se conmemora el Día Internacional del Libro, las librerías regalan libros u ofrecen descuentos inusuales y surgen por las ciudades puestos o ferias (hasta el Instituto tendrá una los próximos días 28 y 29). En Cataluña se regala una rosa y un libro (bonita tradición), en los periódicos aparecen encendidas defensas del libro y se celebra la "bibliofilia" (amor al libro) e incluso la "bibliomanía" (obsesiva fijación por los libros y el coleccionismo).
Sin embargo, hay una historia sumergida de "bibliofobia" (aversión a los libros) que es interesante para compensar los elogios desmedidos. Ya en el Eclesiastés leemos que "componer muchos libros es no acabar, y estudiar demasiado daña la salud. Basta de palabras. Todo está escrito". Platón advirtió en su mito de Theut (recogido en el Fedro) que la escritura propiciará no la memoria y la sabiduría sino el olvido, pues nos hace indolentes al tener siempre disponible ese "recordatorio". Montaigne se quejaba de la enorme cantidad de libros sobre libros, y Samuel Johnson destaca cómo en cualquier biblioteca hay tantísimo volumen que no pasa del catálogo y nadie ha abierto nunca.
La polémica ahora es sobre los libros electrónicos, el fin de las librerías y hasta de la "Era Gutenberg". Cuando en un pen-drive podemos disponer de toda una biblioteca, se presentan con más fuerza si cabe las advertencias bíblicas, de Platón, Montaigne y Johnson.
Ahora que los libros salen a la calle tendríamos que aplicarles a ellos y a las Bibliotecas y Librerías la inscripción que Paul Valéry compuso para grabar en piedra, en el frontispicio del Palais de Chaillot (Museo del Hombre) de París:
Il dépend de celui qui passe De quien se acerca depende
Que je sois tombe ou trésor Que yo sea tumba o tesoro
Que je parle ou me taise Que hable o me calle
Ceci ne tient qu'à toi De ti, sólo de ti depende
Ami n'entre pas sans désir Amigo, no entres sin deseo
Que je sois tombe ou trésor Que yo sea tumba o tesoro
Que je parle ou me taise Que hable o me calle
Ceci ne tient qu'à toi De ti, sólo de ti depende
Ami n'entre pas sans désir Amigo, no entres sin deseo
1 comentario:
En la estantería del estudio, a media altura, hay un cuaderno en tela y guardas de color violeta. Es el libro de mis libros, de cómo los encontré, cuándo, dónde, quién me los nombró por primera vez, si hay otros como ellos o tienen una marca como sus exlibris o firmas de dueños que existieron y fueron únicos. De vez en cuando lo abro y lo releo, como si fuera un álbum de fotos familiar. Quizá lo es.
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